Macro es un elemento compositivo que proviene de la lengua griega y que significa “grande”. Se trata, por lo tanto, de lo opuesto a micro (“pequeño”). El prefijo macro permite formar diversos conceptos, como macrobiótico (el tipo de alimentación que tiene como objetivo lograr una mejor calidad de vida) o macrofotografía (donde el sujeto retratado es igual o más pequeño que el tamaño del sensor electrónico).
En informática, se utiliza la palabra macro para referirse a la macroinstrucción, que es una serie de instrucciones que se almacenan para que sea posible ejecutarlas de manera secuencial con una única orden de ejecución. En otras palabras, una macroinstrucción implica que, con una orden, se realice una secuencia de instrucciones.
La macro es una instrucción compleja formada por varias instrucciones más sencilla. Es posible almacenar una macro en el propio programa informático (software) en el que se ejecuta, gracias a una combinación especial de teclas o a un botón creado para tal fin.
Cabe destacar que el software también está formado por un conjunto de instrucciones. Sin embargo, se diferencia de las macroinstrucciones en que la ejecución de las macros es secuencial y que no puede bifurcarse.
El seguimiento cronológico o secuencia de las macro permite economizar tareas. Por ejemplo: una macro con la instrucción de borrar un registro de una base de datos puede ser “llamada” desde otra instrucción, lo que permitirá ahorrar tiempo al programador y al usuario.
Los programadores utilizan macroprocesadores para abreviar una parte de sus programas y utilizar dichas abreviaturas cada vez que sean necesarias.